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¡Karl Barth, mi viejo!

  1. Introducción a serie devocional
  2. Gerundios con Dios
  3. Una incomparable compasión
  4. Sobre el sufrimiento
  5. Lo que el dolor no es
  6. El cuentacuentos
  7. ¡Karl Barth, mi viejo!
  8. Solo para valientes
  9. ¿Dónde habita Cristo?
  10. Cuando el amor de Dios no tiene valor
  11. La iglesia que estorba a Cristo
  12. La foto del año 2020
  13. El Cristo agricultor
  14. Temer y creer a la vez
  15. Siguiendo esquemas y recetas
  16. Cornelio, el nuevo paradigma divino
  17. El rostro de Cristo
  18. El costo de amar como Cristo
  19. Primeros brotes
  20. La savia que da frutos
  21. ¿Muy viejo para cambiar?
  22. Recibir un futuro y una esperanza
  23. Atrapando el atardecer
  24. El templo de Dios
  25. Enfrentando la muerte
  26. Compartiendo el pan
  27. Bajo el alfarero
  28. Alzaré mis ojos hacia las montañas
  29. El carrusel
  30. A la sombra del padre
  31. Cuando no hay atajos
  32. Una charla trascendente
  33. El amor que no intimida
  34. La fe que ilumina
  35. La esperanza
  36. La paciencia de las rocas

Para muchos un teólogo formidable, para otros derechamente un hereje. Me imagino que ante ambas descripciones Barth hubiera lanzada una gran carcajada y solamente hubiera meneado la cabeza.

De todas las lecturas, me quedo con este Barth. Cercano, sagaz y distante de todo cinismo. Honesto a más no poder, pero sobre todo… directo.

Cada reflexión fue como si escuchara a mi abuelo. El conocimiento de toda una vida llevado a la máxima expresión de pragmatismo…. como quien ya gastó sus años en divagar, y ahora solo quiere ser preciso y concreto.

No tiene miedo de renunciar al lenguaje académico y de alta erudición. Prefiere ocupar esa energía intelectual para verter todas sus vivencias y reflexiones en un lenguaje casi juvenil…

Me advierte de no tomarme todo tan en serio, la vida ya es bastante compleja como para complicarla yo mismo, y más aún si sigues a la Palabra Encarnada, Cristo, ya que siempre serás incomprendido por la gente.

Persiste el consejo de que más vale ser un buen hereje que un mal cristiano, ya que en el futuro esa supuesta heterodoxia tiene más posibilidades de ser el camino adecuado y el que Cristo quería revelar.

Finalmente, tu familia, tu comunidad y tu misión nunca estarán en tus manos, por tanto el consejo es seguir al Maestro, a cualquier costo…

Ingeniero y Teólogo, superviviente de cáncer. Pensador del evangelio y peregrino hacia la trascendencia de Cristo.

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