El dolor no es un medio para conocer a Dios…. Dios no busca que suframos para mirarle… Dios no necesita dañarnos para llamar nuestra atención… Dios está ahí para acompañarnos mientras sufrimos… para llorar mientras lloramos… para contenernos cuando no hay respuesta…
El dolor nunca es bueno… podemos aprender de él, pero eso no lo vuelve bondadoso.
No se trata de que lo malo se convierte en bueno para que crezcamos. Se trata de que el poder infinito de Dios convierte algo totalmente destructivo en la más bella construcción de la creación…
Somos la más bella obra de Dios… tasada al más alto precio del universo… las lágrimas de Dios mismo…
Ingeniero y Teólogo, superviviente de cáncer. Pensador del evangelio y peregrino hacia la trascendencia de Cristo.