Comenzamos el análisis de las perícopas narrativas del primer capítulo del evangelio de Juan. Vamos a estudiar el primer testimonio de JBap en el pasaje de Jn 1,19-28. Por el alto contenido teológico y exegético de los vv. 26-27 y los problemas topográficos y textuales del v. 28, vamos a dejar estos pasajes para ser estudiados por separado en las próximas notas de filología joánica. Vamos a concentrarnos en los vv. 19-25.
Texto
19 Y este es el testimonio de Juan cuando le enviaron los judíos, desde Jerusalén, sacerdotes y levitas para preguntarle: Tú, ¿quién eres? 20 El confesó y no negó; confesó: yo no soy el Mesías. 21 Y le preguntaron: Entonces, ¿qué? ¿Eres Elías? Él dijo: No soy. ¿Eres el Profeta? Y contestó: No. 22 Le dijeron, pues: ¿Quién eres?, para que podamos dar respuesta a los que nos han enviado. ¿Qué dices de ti mismo? 23 Dijo: yo soy la voz clamante en el desierto: “enderecen el camino del Señor”, según dijo el profeta Isaías. 24 Los enviados eran fariseos. 25 Y le preguntaron, diciéndole:¿por qué bautizas, si no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?
Leamos el texto griego:1
19 Καὶ αὕτη ἐστὶν ἡ μαρτυρία τοῦ Ἰωάννου ὅτε ἀπέστειλαν οἱ Ἰουδαῖοι ἐξ Ἱεροσολύμων ἱερεῖς καὶ Λευίτας ἵνα ἐρωτήσωσιν αὐτόν· Σὺ τίς εἶ; 20 καὶ ὡμολόγησεν καὶ οὐκ ἠρνήσατο, καὶ ὡμολόγησεν ὅτι Ἐγὼ οὐκ εἰμὶ ὁ χριστός. 21 καὶ ἠρώτησαν αὐτόν· Τί οὖν; σὺ Ἠλίας εἶ; καὶ λέγει· Οὐκ εἰμί. Ὁ προφήτης εἶ σύ; καὶ ἀπεκρίθη· Οὔ. 22 εἶπαν οὖν αὐτῷ· Τίς εἶ; ἵνα ἀπόκρισιν δῶμεν τοῖς πέμψασιν ἡμᾶς· τί λέγεις περὶ σεαυτοῦ; 23 ἔφη· Ἐγὼ φωνὴ βοῶντος ἐν τῇ ἐρήμῳ· Εὐθύνατε τὴν ὁδὸν κυρίου, καθὼς εἶπεν Ἠσαΐας ὁ προφήτης. 24 Καὶ ἀπεσταλμένοι ἦσαν ἐκ τῶν Φαρισαίων. 25 καὶ ἠρώτησαν αὐτὸν καὶ εἶπαν αὐτῷ· Τί οὖν βαπτίζεις εἰ σὺ οὐκ εἶ ὁ χριστὸς οὐδὲ Ἠλίας οὐδὲ ὁ προφήτης;
Análisis
Este pasaje constituye la primera parte del interrogatorio al cual someten los enviados de “los judíos” a JBap. Este pasaje guarda cierto paralelo con Mt 3,7-12, pero en su tema y estructura resultan muy diferentes: Mateo modifica tanto la estructura narrativa como la teología de su fuente: Q 3,7-9. Llama la atención que el léxico y la teología de los vv. 22-25 no son joánicos. Por ejemplo: la caracterización de JBap como un segundo Elías es propio del material tradicional sinóptico.
Por otro lado, vocablos como μαρτυρία (“testimonio”) y πέμψασιν, aoristo de πέμπω (“enviar”), con su “sinónimo” sinóptico ἀποστέλλω (también muy usado por Juan) son característicos de la teología y el léxico joánico.2 En este pasaje se usan de manera sinónima los verbos πέμπω y ἀποστέλλω, referidos a los mismos sujetos: los fariseos que interrogan a JBap (cfr. Jn 1,19.22.24).3 Este uso sinónimo podría reflejar un estado primitivo en la historia de la composición del pasaje, ya que en el resto del evangelio de Juan πέμπω tiene un claro significado soteriológico: con él se enuncia la relación entre Jesús y el Padre: el primero es enviado para llamar para que los judíos puedan creer en él y salvarse (cfr. Jn 4,34; 5,23.24.30.37; 6,38.39.44). El único pasaje joánico donde πέμπω es usado para hablar del envío de JBap es en 1,33.
Por otro lado, el epíteto οἱ Ἰουδαῖοι (“los judíos”) es ya una generalización, con la cual se toma una parte del pueblo como expresión de la colectividad. Que esto sea así resulta evidente por el texto mismo, donde se habla sólo de los sacerdotes y levitas (ἱερεῖς καὶ Λευίτας) enviados desde Jerusalén. Esta generalización, unida con la valoración negativa que ofrece la identificación, ofrece material para la acusación sobre el antisemitismo de Juan. Además del claro uso peyorativo del plural οἱ Ἰουδαῖοι (“los judíos”), la tendencia y el léxico joánico que opera esta abstracción socio-teológica incluye el concepto κόσμος (“mundo”) y la crisis de intolerancia y exclusión en las sinagogas expresada con el vocablo ἀποσυνάγωγος (Jn 9,22; 12,42 y 16,2) e involucra una compleja historia social de mutua exclusión entre los grupos formativos proto-rabínicos y cristianos de la segunda mitad del siglo I.4
Comentarios
En los vv. 21-22 se unen tres figuras mesiánico-proféticas, a saber: el Mesías, Elías y el Profeta. Con ellas se intenta precisar no sólo la identidad, también la función de JBap. Todas son taxativamente rechazadas como títulos. Nótese en el v. 20 la negación enfática: ἐγὼ οὐκ εἰμὶ (“yo no soy”), repetida tres veces en el v. 21. Su identidad y papel no pueden ser entendidos a partir de ninguna de ellas. JBap debe ser comprendido únicamente como el testigo. En el cuarto evangelio, JBap siempre es identificado por su nombre solo Ἰωάννης. Al contrario de lo que ocurre en la tradición sinóptica, que le llama Ἰωάννης ὁ βαπτιζτὴς (“Juan el Bautista”), y el recuerdo en los anales de la historia local: Ἰωάννης τοῦ ἐπικαλουμένου βαπτιζτοῦ (“Juan llamado el Bautista”).5 En el cuarto evangelio, cuando se alude al bautismo, se hace como recuerdo de la tradición sobre su ministerio (cfr. Jn 1,28).
Asimismo, con ellas se intenta comprender la identidad de Jesús. Esta identificación es compartida por la tradición sinóptica (cfr. Mc 8,27-30 parr.); en Juan también son sistemáticamente rechazadas. Precisamente, JBap corrige dicha percepción, proclamando a Jesús como el cordero de Dios y la luz del mundo. Sobre estos títulos mesiánicos y su papel en la cristología joánica, más adelante tendremos ocasión de detenernos.
En los vv. 20-23 JBap ofrece a los sacerdotes y levitas, y por medio de ellos al lector, dos tipos de respuestas. La primera negativa (vv. 20-21) y la segunda positiva (v. 23). Sobre el contenido del testimonio de JBap, el evangelista ya ha realizado un comentario previo en el v. 19. En el cuarto evangelio JBap es el testigo de la luz (cfr. Jn 1,6-9). En la respuesta positiva dada por JBap, el evangelista aprovecha para ofrecer una reformulación similar a la presentada por la tradición sinóptica, citando a Is 40,3. La pregunta por la identidad y función de JBap fue uno de los temas más primitivos de la tradición. De hecho, tal pregunta fue asumida por Marcos y Juan como un dato tradicional ya resuelto.
Más adelante vamos a ver el material tradicional comparado. Antes debo precisar que en esta reelaboración se puede ver el método usado por las tradiciones sinóptica y joánica para reflexionar sobre la identidad y función de JBap, consistente en una lectura intertextual de Is 40,3, y Mal 3,1 en el caso de Marcos, con fuertes tonos cristológicos. Aunque ambas tradiciones comparten las mismas referencias y emplean casi los mismos medios exegéticos, también dejan entrever diferencias, en la cuales se puede observar, precisamente, diferentes fuentes o tradiciones.
Me parece imposible defender cualquier teoría que afirme que Juan depende de uno de los sinópticos o sus fuentes. En su formulación actual, Jn 1,23 depende exclusivamente de la tradición propia del evangelista, diferente a la sinóptica. Junto a los siguientes textos, compárese el v. 23 de Juan (téngase en cuenta los paralelos léxicos con Mal 3,1 [LXX] e Is 40,3 [LXX]6 y Mc 1,3 que son resaltados en negrita):
Mc 1,2:
Miren que envío mi mensajero ante su rostro, el que preparará su camino.
Ἰδοὺ ἀποστέλλω τὸν ἄγγελόν μου πρὸ προσώπου σου, ὃς κατασκευάσει τὴν ὁδόν σου·
Mal 3,1 (LXX):
Miren que yo despacho mi mensajero, (para) inspeccionar el camino ante mí.
Ἰδοὺ ἐγὼἐξαποστέλλω τὸν ἄγγελόν μου, ἐπίβλέψεται ὁδόν πρὸ προσώπου μου
Mc 1,3:
Voz del que clama en el desierto: preparen los caminos del Señor, hagan rectos los caminos suyos.
φωνὴ βοῶντος ἐν τῇ ἐρήμῳ· Ἑτοιμάσατε τὴν ὁδὸν κυρίου, εὐθείας ποιεῖτε τὰς τρίβους αὐτοῦ·
Is 40,3 (LXX):
Voz del que clama en el desierto: preparen los caminos del Señor, hagan rectos los caminos de nuestro Dios.
φωνὴ βοῶντος ἐν τῇ ἐρήμῳ· Ἑτοιμάσατε τὴν ὁδὸν κυρίου, εὐθείας ποιεῖτε τὰς τρίβους τοῦ θεοῦ ἡμῶν·
Es evidente que la cita de Marcos es una mezcla entre Is 40,3 y Mal 3,1. Ambos pasajes no son citados desde el tenor de ninguna de las traducciones griegas. Por ejemplo: σχολάσει (Aquila), ἀποσκευάσει (Símaco), ἑτοιμάσει (Teodoción), y ἐπίβλέψεται (LXX). En todas ellas se presentan diferencias léxicas, pero el texto marcano está más cercano al de los LXX.
Las diferencias existentes entre la formulación joánica y la sinóptica permiten hablar de una doble tradición. Por una lado, en la tradición sinóptica que, sin duda, parte de Mc 1,2-3, se hace eviente el trabajo de escuela (¿midrásica?), en el cual se mezclan dos textos proféticos. En cambio la tradición joánica, aunque también realiza una lectura derásica, sólo lo hace de una sola fuente que correctamente identifica como isaiana.
Además, la lectura joánica de Is 40,3, al contrario de la sinóptica, es mucho más incisiva, y elaborada de una forma tan personal que deja de ser una simple cita de reflexión, para pasar a ser una autoafirmación de JBap. Mt 3,3 y Lc 3,4-6 omiten la cita de Mal 3,1; la cita isaiana de Lucas es más completa.
Junto con Mt 3,3; Lc 3,4-6 y Jn 1,23, en el serek ha-yaḥad (regla de la comunidad) de Qumrán7 también se cita a Is 40,3 con una teología vocacional y sintaxis similar a las sinópticas:
1QS VIII 14-15:
14 Como está escrito, “en el desierto preparen el camino de **** enderecen en la estepa una calzada para nuestro Dios”.
כאשר כתוב במדבר פנו דרך **** ישרו בערבה מסלה לאלוהינו
15 Este es el estudio de la ley, [q]ue ordenó por mano de Moisés, para obrar de acuerdo con todo lo revelado de edad en edad.
התורה א]ש[ר צוה ביד מושה לעשות ככול הנגלה עת בעת היאה מדרש
La teología cristiana primitiva indicó su interés cristológico con su modificación de la última parte de la cita isaiana. Los esenios mantienen el final de la cita isaiana (línea 14), y agregan su comentario (línea 15).
En Jn 1,23 la referencia al desierto y la misión de JBap presentada con el verbo εὐθυεῖν (“enderezar, rectificar”), diferente al ἑτοιμαζεῖν (“preparar”) sinóptico, delata no sólo una diferencia léxica, sino también probables traducciones griegas de referencia.
Resulta imposible saber exactamente cuál traducción de la biblia hebrea tenía Juan frente a sus ojos, pero es aún más difícil negar que es diferente a la fuente textual que emplea Marcos.8
Con un giro sutil en su sintaxis respecto al texto hebreo, la traducción de los LXX sobre Is 40,3 permitió a los evangelistas identificar a JBap como la voz que clama en el desierto. El tenor propio del texto hebreo (TM) se pierde en los LXX,9 así como en las tradiciones joánica y sinóptica. Su diferencia consiste en su puntuación y, por lo tanto, también en su sentido:
Is 40,3 (TM):
Una voz llama: “en el desierto preparen un camino a Yahweh”…
קול קורא במדבר פנו דרך יהוה
Is 40,3 (LXX):
Voz del que clama en el desierto: “preparen los caminos del Señor”…
φωνὴ βοῶντος ἐν τῇ ἐρήμῳ· Ἑτοιμάσατε τὴν ὁδὸν κυρίου…
Esta traducción permite a la figura de JBap servir como puente entre el antiguo y el nuevo testamento. Ciertamente no en la manera que lo presenta Lucas: el último de los profetas del tiempo de Israel (cfr. Lc 16,16).10 Juan tiene otra forma de presentar los personajes de la biblia hebrea: ellos son testigos, i.e., las escrituras (cfr. Jn 5,39). Y JBap es el primero de ellos (cfr. Jn 1,7).
Entre los padres y doctores de la Iglesia el pasaje da pie para reflexiones de tipo metafísico sobre la esencia de JBap, vista desde su función y llamado. Se desarrolla una ontología de la proclamación de JBap que emana y está íntimamente relacionada con la esencia de Cristo. Orígenes (Comm. in Ioannem, XVII, 10-12 [GCS 10, 497]) sugiere que JBap es ἡ φωνή (“la voz”), mientras que Cristo es λόγου ὄντος: el contenido o sustancia racional, de su proclamación.
Juan Escoto Eriúgena (Com. in S. Evangelium secundum Joannem, frag. 1 [PL 122, 303D-304A]) sigue a Orígenes, pero es mucho más perspicaz. Nota que JBap no habla de sí mismo desde su humanam substantiam (naturaleza humana), o su humanam generationem (generación y filiación), sino que lo haga, precisamente, desde su función como proclamador del Verbo.
Asimismo, Eriúgena (Com. in S. Evangelium secundum Joannem, frag. 1 [PL 122, 304B]) considera que “en el desierto” (in deserto), se refiere a judea y no Israel, como pensaba Orígenes, porque allí JBap estaría en un lugar elevado y solitario y, por tanto, propicio para su contemplación del logos.
En esta misma línea comenta Agustín, quien reflexiona desde la expectativa que debería crear la función del heraldo (preconis): alertar y alejar. Irónicamente, JBap no aleja sino que invita (nisi exite, sine venite) al encuentro con Cristo.
Y le preguntaron: ¿Qué eres, pues? ¿Eres tú Elías? No, es la contestación. Entonces le hacen otra pregunta: ¿Eres el profeta? No, vuelve a repetir. ¿Quién eres tú, siguen preguntándole, para dar una respuesta a quienes nos han enviado? Dinos algo de tu persona. Yo, dice, soy la voz del que clama en el desierto. Estas son palabras de Isaías. Esta profecía: Yo soy la voz del que clama en el desierto se cumplió en Juan. ¿Qué clama? Enderezad los caminos del Señor, haced rectas las sendas de nuestro Dios. ¿No os parece que el heraldo debe decir: Retiraos, dejad expedito el camino? A pesar de que el heraldo debe decir: Retiraos, dice Juan en cambio: Venid. El heraldo aleja del Juez, mientras que Juan invita a que se acerquen a Él. Juan invita a que se acerquen al humilde para no experimentarle juez excelso. Yo soy la voz del que clama en el desierto: Enderezad los caminos del Señor, haced rectas las sendas de nuestro Dios. No dice: Yo soy Juan, yo soy Elías, yo soy un profeta. ¿Qué dice? Yo me llamo la voz del que clama en el desierto: Enderezad los caminos del Señor. Yo soy esta profecía misma.
in Joannis evangelium tractatus, 4,7 (PL 35, 1409).
Papá de Immanuel y Tobías, esposo de Biviana, católico y teólogo. Profesor en dos universidades y miembro de varios grupos de investigación.