gray concrete statue of man

Desobediente

Ay de ti, esposa de Lot, mujer rebelde
La historia te llama del mundo amante
A los niños decimos que eres errante
Ay de ti, esposa de lot, mujer endeble

Desobediente, prisionera de tus pasiones
Bien se te dijo que no volvieras tu mirada
Mas tu mundano corazón eso anhelaba
Ahora sal eres en boca de naciones

De sermón en sermón vas dando ejemplo
Y hasta el día de hoy no comprendemos
Que contar tu historia en que eres malvada
En verdad dice que no entendimos nada

Tan fácil es juzgarte sin entenderte
Sin andar en tus sandalias, sin conocerte
¿Por qué miraste atrás? Aún me lo pregunto
No para acusarte, eso no es justo.

Tal vez alguien que amabas, mujer hermosa
¿Toda una vida dejabas? y cuesta soltarlo
Miraste atrás esperanzada, quizá dichosa
De dejar el dolor, de tu pueblo malvado.

Pero nosotros solo vemos la paja en tu ojo
“Desobediente”, con orgullo gritamos
Indolentes, sin vergüenza en ningún modo
Ni beneficio de duda, ni defenderte dejamos

Ay de ti, esposa de Lot, y no por injusta
Me lamento por los que tras siglos piedras te lanzan
Ay de ti por el dolor que tu drama me causa
Pues en ti se repite la historia de la adúltera

Tomamos las piedras, te tiramos al suelo
Desobediente, mundana, y débil, gritamos
Ni un poco de gracia, ni humanidad mostramos
Pero Jesús te dice: ni yo te condeno.

Soy yo el desgraciado que te abandonó
Soy yo el pecador que la mano no te dio
Soy yo Lot, tu esposo, que solo en sí mismo pensó
Soy yo aquello que viste que en sal te convirtió

Sé sal en mi vida y ésta sazona
Perdona mi juicio, amable señora
Enséñame a mirar atrás, pues es que no sobra
Verte con los ojos del Cristo que también añoras.

Cristian López Zuleta, conocido en redes sociales como Cristian Elezeta, es licenciado en lingüística y pedagogía, escritor apasionado, y músico de pasatiempo. Creador de contenido teológico en redes sociales.

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