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Apuntes sobre los Evangelios

Llegada la primera hora de la madrugada 

El Maestro se retira a la soledad y el silencio 

Conoce palmo a palmo el Monte los Olivos 

y hay un árbol en especial que siempre elige 

para sumirse en sus meditaciones 

Ha tendido su raído manto en el suelo 

y sobre él se postra 

Hace repaso de algunos de esos días de ministerio 

piensa en el contacto siempre inquietante con esa masa informe 

rústica y bella que es el pueblo, su pueblo, su gente 

piensa en los enfermos sanados y endemoniados liberados 

que nunca son muchos ni suficientes para él 

piensa en las celadas tendidas por los escribas y fariseos 

que ha logrado sortear con inusitada destreza e ingenio 

Pero sabe que cada milagro realizado 

cada parábola enseñada 

cada alusión a las profecías 

que pretendan validar su advenimiento como el Mesías 

el Salvador del mundo 

precipita sobre él el amargo y cierto destino 

Ahora su meditación se hace profunda e intensa 

y, mientras musita quejidos y palabras ininteligibles 

su conciencia abandona el mundo terreno 

y se instala en las esferas celestes 

esas donde se discierne profundamente toda ciencia y todo misterio 

 

Sin percatarse de ello, ha empezado a amanecer 

el Divino Maestro vuelve lentamente de su profundo estado de meditación 

a instalarse en el mezquino plano de los sentidos y las apariencias 

Sin embargo, algo de esa aura divina queda impregnada en su semblante 

Ahora toda palabra salida de su boca será palabra eterna 

y la gente, al oírlo, y sin poder precisar de qué forma, lo sabrá 

El Maestro se incorpora, se levanta 

Tiernamente palpa la corteza roñosa del olivo, como agradeciéndole 

tercia al hombro su raído manto y empieza a caminar 

La hierba, impregnada del rocío mañanero, le moja los pies 

y siente que un nuevo entusiasmo y una nueva fuerza le invaden 

Ya quiere encontrarse de nuevo con sus discípulos 

quienes también le esperan en algún recodo del Monte 

ya siente arder en su lengua el fuego de la Revelación Divina 

ya siente en sus pies nazarenos una desesperada ansia por los caminos 

Pero mientras avanza, algo llama poderosamente su atención 

se acerca maravillado y se inclina 

para apreciar de cerca al espléndido lirio del campo 

mientras lo contempla y lo acaricia embebido 

una extraña y nueva luminosidad irradia en su rostro 

acaba de tener una de esas maravillosas revelaciones del Reino 

Revelaciones para nosotros sencillas, por lo cotidianas 

pero profundas en su significado 

y que asumimos, sin embargo, con tanta ligereza y mediocridad

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