Reteniendo lo Bueno: Saqueando los Tesoros del Posmodernismo

Jorge Ostos y Saul Sarabia, Reteniendo lo Bueno: Saqueando los Tesoros del Posmodernismo (Salem, OR: Publicaciones Kerigma, 2020).

Una reseña por Benjamín Marx

*En esta reseña no hay números de páginas porque se trata de un manuscrito antes de la publicación.

Este libro de Jorge Ostos y Saul Sarabia es un estudio profundo en muchos sentidos. Es profundo porque se muestra la lectura amplia acerca del tema, pero también es profundo en el sentido de que no es fácil para los que no tienen ningún ante-conocimiento de algunas ideas filosóficas. Sin embargo, eso no implica que este libro no sería un buen lugar para iniciar la conversación (solo es decir que tomaría más tiempo sin un ante-conocimiento).

No solamente es un estudio profundo, sino que también está escrito con mucha claridad. Para los que escuchan prédicas semana tras semana (o leen libro tras libro) y se preguntan qué propósito persiguen (cuál es el punto central), ahora tienen un libro en manos en el cual la respuesta es clara. El propósito de Ostos y Sarabia es: “Lo que nos interesa rescatar principalmente a lo largo de este trabajo, son las críticas a los supuestos modernistas de la supremacía de la razón y a las nociones de un objeto racional individual, autónomo, incorpóreo, objetivo, atemporal como el árbitro final de la verdad.” Porque el modernismo y sus nociones “van en contra de la enseñanza cristiana.”

Estoy de acuerdo con el entendimiento de los autores que “los temas más trillados son precisamente esos mismos temas que se desconocen, mal entienden y, por ende, se articulan mal.” En mi opinión, y obviamente en la opinión de Ostos y Sarabia, esto es lo que exactamente ocurre con el posmodernismo. Este libro aclara muchos prejuicios y malentendidos y nos enseña los tesoros del posmodernismo para la fe cristiana.

En su primera parte (“Preliminares a considerar”), que consta de dos capítulos, los autores aclaran de lo que se trata el libro. En el primer capítulo, explican de lo que se trata cuando usamos los términos “postmodernidad” o “posmodernismo”. “¿Qué es eso que hay que saquear?”. No hay un solo posmodernismo o una postmodernidad. Además, es bien difícil definir estos dos términos porque se usaron y se usan en maneras muy diferentes. Sin embargo, ellos (con otros, yo incluido) proponen lo siguiente: la postmodernidad se refiere a un periodo histórico y posmodernismo a una teoría, un “movimiento intelectual”.

Después los autores nos dan un panorama histórico y de la literatura, enfocándose en los críticos, así como en los amantes del posmodernismo. En la parte acerca de los críticos Ostos y Sarabia muestran algunos malentendidos sobre el posmodernismo. Los críticos, por ejemplo, piensan que este movimiento intelectual se dirige en contra la fe cristiana. Algunos piensan así porque equiparan el posmodernismo con el relativismo extremo – un rechazo de la verdad. En mis estudios he podido confirmar que equiparamos de vez en cuando “verdad objetiva” con “verdad absoluta”. Es posible decir, entonces, que nosotros no podemos ver verdad objetivamente, pero eso no quiere decir que no haya verdad absoluta. Otros creen que el posmodernismo puede reducirse al marxismo. Ostos y Sarabia muestran que también los marxistas critican el posmodernismo porque es tan relacionado al capitalismo y consumismo.

Los “amantes del posmodernismo” ven en este movimiento “el aire fresco del espíritu enviado para revitalizar los huesos secos de la iglesia.” Esta percepción la tienen p.ej. los seguidores y fundadores de diferentes rasgos de las iglesias emergentes.

Ostos y Sarabia creen (con Kevin J. Vanhoozer, James K. A. Smith, Peter Leithart, Myron B. Penner, Merold Westphal, Michael Horton, entre otros) que podemos saquear lo bueno del posmodernismo sin adoptar todas sus posturas, “estamos de acuerdo con las críticas posmodernas al modernismo, pero no del todo convencidos de los aspectos constructivos del posmodernismo.”

Todavía en la primera parte, en el capítulo dos “Sobre la razón y la neutralidad de la misma”, los autores nos enseñan sobre la Ilustración y sus metas: la razón autónoma (el poder de pensamientos puros, objetivos y neutrales) y el individualismo. El posmodernismo va en contra de este ideal modernista. En este capítulo Ostos y Sarabia nos presentan “algunos ejemplos de evidencia empírica y conceptual de las últimas décadas que muestra que el ideal de una razón neutral, objetiva y autónoma es un mito más del modernismo.” Esto hacen por ejemplo a través de la ciencia de la psicología cognitiva.

Ellos escriben que de vez en cuando la razón “se nos presenta como el súper poder humano por antonomasia, pero otras veces como nuestra kryptonita, lo que nos lleva a concluir que, sin duda, la razón humana es un fenómeno enigmático.” Ostos y Sarabia muestran claramente que nuestros procesos de pensar son influenciados por muchas cosas y no existe la razón objetiva: “aunque los resultados sean buenos o malos, nadie razona desde el vacío y la mayoría de las veces no somos objetivos y neutrales como nos hizo creer el lema de la ilustración.” Tenemos presuposiciones e intuiciones y tenemos que darnos cuenta de ellas. La razón no nos guía a las conclusiones, pero nos explica y justifica “pos facto la conclusiones.” Entonces, la meta y la promesa de la Ilustración que la razón nos libera y nos guía al futuro se equivocó. ¿Qué podemos aprender de la crítica que hace el posmodernismo al modernismo? “El posmodernismo nos recuerda que los humanos no somos racionales en el sentido modernista, es decir, hay mucho más en la racionalidad que razonar conforme a las reglas de la lógica y la matemática.” Pensamos siempre en interacción y comunicación con otros. Es una acción colectiva y lo hacemos en diálogo. No somos seres razonables, primeramente, sino seres sociales y culturales.

Normalmente se cree que el modernismo está en contra de lo religioso, pero no es así. Como Herman Dooyeweerd dice: “La revelación bíblica de la creación del hombre a la imagen de Dios fue implícitamente subvertida a la idea de la creación de Dios a la imagen del hombre. La concepción bíblica del nuevo nacimiento del hombre y su libertad radical en Jesucristo fue reemplazada por la idea de la regeneración del hombre por su voluntad autónoma.” Ostos y Sarabia añaden: “El Dios trascendente de la teología fue cambiado por el dios inmanente de la razón autónoma.” Como cristianos no estamos de acuerdo con el modernismo en este sentido: “Necesitamos una ilustración, pero la luz no viene de nosotros mismos.” Con esto Ostos y Sarabia van a la segunda parte de su libro “Saqueando a los posmodernos”. Acá encontramos a Jean-François Lyotard, Jacques Derrida, Michel Foucault y Ludwig Wittgenstein – a cada uno le es dedicado un propio capítulo.

En el capítulo tres, Ostos y Sarabia se nos introducen a la persona y obra de Jean-François Lyotard – un gran pensador del posmodernismo – con su “incredulidad hacia las metanarrativas”. El propósito en este capítulo es entender que es una metanarrativa (por lo menos según Lyotard) y si eso va en contra a la fe cristiana. Para Lyotard una metanarrativa “es una teoría totalizadora que pretende subsumir todos los eventos, todas las perspectivas, y todas las formas de conocimiento en una explicación exhaustiva” que se legitima por la razón universal y neutral. ¿Qué tesoros podemos saquear de Lyotard? Según Ostos y Sarabia la comunidad cristiana “no debe someterse a criterios seculares de una «razón neutral» para validar su mensaje como verdadero”, pero “[n]uestra tarea es proclamar la verdad de Dios revelada en la narrativa bíblica sin apología.” Además, el posmodernismo nos ayuda introducir de nuevo “el carácter narrativo de nuestra fe” (ver e.g., C. S. Lewis; J. R. R. Tolkien).

Jacques Derrida y su déconstruction forman el contenido de cuarto capítulo en que los autores abordan cuatro preguntas: “¿quién es Jacques Derrida?, ¿qué es la deconstrucción?, ¿qué significa la afirmación il n’y a pas de hors-texte?, y ¿qué tesoro podemos saquear de estas ideas posmodernas?” Pero, no solamente las abordan, sino que las responden con claridad y explican de manera comprensible conceptos que no siempre son fáciles de entender. Ostos y Sarabia escriben que no creen “que la cuestión de interpretación sea antitética al cristianismo por oponerse a la objetividad o verdad absoluta.” Ellos nos hacen ver que podemos saquear lo siguiente del posmodernismo (con ayuda de Derrida): “El posmodernismo ha puesto de manifiesto el mito de la neutralidad: como intérpretes nunca nos acercamos a textos como si fuéramos seres humanos genéricos, como si nuestras historias, identidades y tradiciones particulares no importaran o no existieran.” Además, la importancia de la comunidad (contra el individualismo moderno) está introducido otra vez. En las palabras de James K. A. Smith “no hay nada fuera del Texto también implica que no hay una comprensión adecuada del Texto —y por ende del mundo— aparte de la comunidad de la iglesia gobernada por el Espíritu. El mismo Espíritu es tanto autor del texto como iluminador de la comunidad lectora.” El posmodernismo nos hace recordar nuestra finitud y “la necesidad de humildad y el reconocimiento de que no conocemos a Dios absolutamente y ciertamente no tenemos lo divino a nuestro alcance.”

En el quinto capítulo encontramos a Michel Foucault el “más complicado pensador”, es decir “con el que menos tenemos cosas en común” y el que tiene las “ideas más hostiles a la religión cristiana.” Este capítulo es diferentes que los otros. Después de una breve introducción acerca de Foucault y sus pensamientos, los autores se explayan un poco más en “Saqueando los tesoros del posmodernismo”. Aquí se enfocan más en la obra Vigilar y castigar del filósofo francés. Según Foucault la prisión es como un microcosmos de la sociedad en general – todo es un asunto de poder con privilegiados y marginados. Entonces, ¿cuáles son las cosas buenas que podemos saquear? Según Ostos y Sarabia “es sumamente beneficioso meditar en el estudio que el filósofo francés hace sobre la manera en que los mecanismos de disciplina funcionan para formar individuos,” porque “las disciplinas realmente funcionan en la formación de individuos.” Nuestra fe cristiana no solamente se trata de adquirir información, pero es un asunto de formación (y yo quisiera añadir transformación). Nuestros hábitos, prácticas y disciplinas son partes importantísimas en nuestro camino. Con lo que el posmodernismo nos ayuda es abandonar la noción moderna del “yo” autónomo. Como Ostos y Sarabia bien dicen: “El yo es yo siempre en relación a los demás. Más específicamente, nuestra identidad no reside en ser sustancias pensantes autónomas sino en nuestra relación con Dios y los demás.”

La parte II concluye con un estudio del genio Ludwig Wittgenstein. Es común distinguir entre el así llamado “primer” Wittgenstein y el “segundo” Wittgenstein. Ostos y Sarabia también hacen esta distinción. Al primer Wittgenstein lo podemos ver en su obra Tractatus logico-Philosophicus y al segundo en su Investigaciones filosóficas. El pensamiento wittgensteiniano parte de Sprachlogik (lógica del lenguaje) y se desarrolla hacia el Sprachspiel (el juego de lenguaje): de “el significado de una palabra es el objeto que denota” a “el significado de una expresión está en el uso.” Lo último suena como un relativismo y Ostos y Sarabia dicen que sí, es así – aquí dependerá mucho de nuestra definición de relativismo. Estoy convencido de que el significado siempre es relativo (tiene una relación) a la situación – lenguaje entonces es convencional (dentro de juegos). Como hemos visto, un ser humano es un ser social y (otra vez con Smith) “el significado depende de las convenciones de la comunidad de práctica, i.e. depende de los juegos de lenguaje o de una forma de vida.” ¿Qué tesoros hay? Primero, la recuperación de “la noción de que la comunidad es la condición de posibilidad para el significado.” Segundo, nos hace recuperar “la idea de que el hecho de que sepamos algo, se lo debemos a una comunidad.”

En la parte III tenemos una recapitulación del libro, y además unas palabras finales.

En este libro los dos autores tienen éxito en su argumentación y la bibliografía amplia muestra su conocimiento y entendimiento profundo. Con este trabajo los lectores no solamente pueden saquear los tesoros del posmodernismo para la fe cristiana, sino también tienen un tesoro en sus manos. Es un libro de suma importancia y lo recomiendo con toda sinceridad.

Candidato a PhD de la University of Aberdeen. Profesor del Nuevo Testamento en el Instituto Bíblico Sinodal de Arequipa. Estudios bíblicos y teológicos de Moody Bible Institute (EEUU), Trinity International University (EEUU), Evangelische Theologische Faculteit (Bélgica). Alemán.

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