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Vigilia pascual: celebrar en Jesús Resucitado la fuente y seguridad de nuestra esperanza

  1. Celebrar a Jesús resucitado desde la situación de pandemia
  2. Domingo de ramos: celebrar la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén
  3. Lunes santo: celebrar en Jesús Resucitado el valor de los pequeños gestos
  4. Martes santo: celebrar en Jesús Resucitado nuestras relaciones interpersonales
  5. Miércoles santo: celebrar en Jesús Resucitado la solidaridad que ha suscitado en nuestro pueblo y en nuestro mundo
  6. Jueves santo: celebrar en Jesús Resucitado “el hombre para los demás”.
  7. Vigilia pascual: celebrar en Jesús Resucitado la fuente y seguridad de nuestra esperanza
  8. Domingo de pascua: celebrar en la resurrección de Jesús la presencia de Dios en la pandemia

Desde el principio de esta situación hemos estado oyendo “cuándo terminará todo esto, porque con seguridad tiene que pasar… Seguramente saldremos de esto… vamos a ganarle al Covid…”. Y, al mismo tiempo, estas otras expresiones: “Todo será distinto… ya no vamos a ser como antes, todo tendrá que ser diferente… hemos aprendido la lección”, y otras semejantes. Todo esto me parece que revela tres sentimientos: a) una esperanza muy profunda; b) un reconocimiento que todo lo que hemos vivido nos va a transformar; c) que tenemos una tarea inmensa para hacer. A esos tres sentimientos responde la Resurrección de Jesús.

Guía para la reflexión personal y comunitaria

  1. Qué esperanza tienes frente al futuro; en qué fundamentas esa esperanza.
  2. Qué sentimientos tienes hoy frente al futuro próximo para enfrentar ese futuro.
  3. Iluminar lo que has reflexionado con el Evangelio de la de Vigilia: Mt,28,1-10.

Preguntarse:

  • Qué significa lo que dice el Ángel a las mujeres.
  • Cómo actúa Jesús: qué significan sus actitudes y lo que les dice.
  • Cómo encontrar ahí una respuesta a las tres inquietudes que traemos: a) qué esperanza nos ofrece para mirar nuestro presente y enfrentar nuestro futuro; b) qué elementos podemos sacar de ahí para construir nuestro futuro; c) desde nuestra realidad personal, comunitaria y social: qué podemos hacer par vivir desde hoy lo que hemos reflexionado en la semana.

4. Hacer oración a partir de lo que hemos reflexionado.

Textos para reflexionar

¡Está vivo porque resucitó!

“¡Vengan pues todos los pueblos de la tierra que se sienten ahogados por mal y reciban el perdón de sus pecados! Porque Yo soy el perdón; Yo soy la Pascua de salvación, Yo soy el cordero degollado por ustedes, Yo soy el rescate que necesitan, Yo soy la luz y la liberación. Yo soy el Rey, el que los conduce hacia la morada del cielo. Yo los resucitaré y les mostraré al Padre. Medita entonces en esto: El que hizo el cielo y la tierra, el que al comienzo modeló al hombre, el que por la ley y los profetas fue anunciado, el que tomó carne en el cuerpo de una Virgen, el que fue suspendido en un madero, el que fue sepultado, el que resucitó de entre los muerto y subió a lo más alto del cielo y está sentado a la derecha de Padre, el que tiene el poder de juzgar y de salvar, ¡ES ESE EL QUE ESTÁ VIVO PORQUE RESUCITÓ! Por Él, el Padre creó todo lo que existe. Él es el alfa y la omega. El comienzo y el fin: Él es Cristo, Él es Jesús, Él es el Jefe, Él es el Señor, Él es el que resucitó de entre los muertos., Él es el que nos lleva al Padre y a quien nos lleva el Padre.”

Melitón de Sardes. Siglo III Homilía Pascual.

Si sabrá la Primavera que la estamos esperando

Si se atreverá a cruzar
nuestros pueblos despoblados,
colgando en nuestros balcones
la magia de sus geranios.

Si dejará su sonrisa
esculpida en nuestros campos,
pintando nuestros jardines
de verde, de rojo y blanco.

Si sabrá la Primavera
que la estamos esperando

Cuando llegue y no nos vea
ni en las calles ni en los barrios,
cuando no escuche en el parque
el paso de los ancianos,
o el bullicio siempre alegre
de los chiquillos jugando.

Si creerá que equivocó
la fecha del calendario,
la cita que desde siempre
la convoca el mes de Marzo.

Si sabrá la Primavera
que la estamos esperando

Cuando estalle jubilosa
llenando de puntos blancos
los almendros, los ciruelos,
los jazmines, los naranjos,
y no vea que a la Virgen
la preparan para el Paso.

Que se ha guardado el incienso,
el trono, la cruz y el palio.
Y que Cristo, igual que todos,
está en su casa encerrado,
y no lo dejan salir
ni el Jueves ni el Viernes Santo…

¿Pensará la Primavera
que tal vez se ha equivocado?

¿Escuchará los lamentos
de quien se quedó en el paro,
de quien trabaja a deshoras
por ayudar a su hermano,

de aquél que expone su vida
en silencio y olvidado?
¿Escuchará cada noche
los vítores, los aplausos
que regalamos con gozo
al personal sanitario?

¿Pensará la Primavera
que tal vez se ha equivocado
y colgará sus colores
hasta la vuelta de un año?

Si sabrá la Primavera
que la estamos esperando…

Que se nos prohíbe el beso,
que está prohibido el abrazo;
el corazón, sangre y fuego,
el corazón desangrado.

Si sabrá la Primavera
que ya la estamos soñando…

Asomados al balcón
de la Esperanza, esperamos
como nunca, que ella vuelva
y nos regale el milagro
de ver florecer la vida
que hoy se nos va de las manos…

¡Bienvenida, Primavera!
Hueles a incienso y a ramos,
con tu traje de colores
y los cantos de tus pájaros.
Ven a pintar de azul-cielo
esta tierra que habitamos.

¿No sentís que en este mundo
algo nuevo está brotando?
Si será la Primavera
que está apresurando el paso…

Hna. Lucía (Carmelita Descalza)

¿Cómo nos ayuda este poema a vivir en la esperanza?

Sacerdote diocesano. Realizó estudios teológicos en Roma y Lovaina durante los primeros 10 años de su vida sacerdotal y fue profesor de Teología, Antropología Filosofía de la UPB por 5 años más. Luego decidió irse a vivir a medio popular, donde ha ministrado por 52 años, no para hacer obras sociales, sino para que el pobre descubra que tiene que ser sujeto de su propio destino.

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